
Por: Vía Libre
Renson Said
via_libre19@hotmail.com
Hace poco decía aquí mismo que los colombianos tenemos la costumbre de cambiar el nombre de las cosas para cambiar la realidad. Y por eso es que la realidad no cambia, sino que terca y dura, se nos enfrenta. Miren no más la manera como unos y otros nos referimos sobre las mismas cosas:

Si no nos ponemos de acuerdo con las palabras nunca lograremos un acuerdo con la realidad. Porque no se puede negociar cuando las partes en conflicto manejan cada uno un diccionario de términos que no coincide con los del otro. No sé quien fue el que dijo que en periodos de guerra la primera víctima es el lenguaje. Y eso es lo que ha venido sucediendo en Colombia desde los tiempos en que Turbay Ayala decía con sorna que los presos en Colombia se auto torturaban para desprestigiar a su gobierno. El presidente Uribe debe creer que si le quita el señalamiento de terrorista a las Farc es ceder terreno, como si el acuerdo humanitario fuera una puja de machos, y no un imperativo moral. Por eso propongo un acuerdo semántico. Esto nos permitiría saber qué es lo que dice el otro cuando dice lo que dice. Un acuerdo semántico para definir en el terreno del lenguaje lo que vamos hace con nuestra realidad.
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