Y que es eso del JPDA Alemania?

Somos un grupo de jóvenes interesados en lo que pasa en Colombia. Vivimos lejos del hogar y la gente que nos vió crecer, pero queremos hacer parte de la transformación de esa sociedad injustamente segregada y discriminada como sub-desarrollada. Queremos contribuir en la lucha que estan librando todos los sectores sociales en Colombia en la reivindicación de los mas básicos derechos. Creemos que en Colombia se puede seguir otro camino, por eso los invitamos a leer nuestros aportes y a suscribir comentarios que nos enriquezcan cada vez mas para mejorar. saludos. JPDA Alemania

26/08/2008

ÉXODO (Desplazados Colombia)




Vía Libre
ÉXODO
Por Renson Said

Todavía uno se encuentra a gente por ahí que cree que el conflicto en Colombia se resuelve a punta de bala. Pero olvidan que justamente por tratar de resolver las cosas a bala es que no se ha resuelto nada, no digamos en los últimos 500 años, con los despojos de la Conquista (aunque las cosas comenzaron entonces), sino de la violencia actual, que hunde sus raíces en los años treinta del siglo XX, y después se politizó en los cuarenta y cincuenta, y se volvió guerrillera en los sesenta y setenta, y luego se paramilitarizó en los ochenta y noventa hasta el día de hoy.

Pero todo comenzó por un problema de tierras. El reciente episodio de Carimagua (un terreno de 17 mil hectáreas adjudicadas por el gobierno a familias desplazadas sin recurso, pero ofrecida luego y casi vendida por el ministro de agricultura a ricos terratenientes) recuerda mucho la Ley de Tierras de los tiempos remotos de Alfonso López Pumarejo que fue llevada al trasto por Lleras Restrepo.



Porque nadie le ha prestado atención al campo. En vez de una reforma agraria se han hecho varias contrarreformas que han arruinado al campo y le han dejado dos únicas fuentes de ingreso y empleo: los cultivos ilícitos y la violencia. Y la violencia se desata por la posesión de la tierra donde están esos cultivos. Y a su vez esos cultivos son fumigados por el gobierno con químicos que producen enfermedades tropicales y daños irreparables en el ecosistema. Y en medio del fuego está el campesino que para sobrevivir sin los cultivos ilícitos tiene que enrolarse en la guerrilla, en las autodefensas o en el ejército.




Los otros huyen en masa a las grandes ciudades. Son los desplazados por la violencia que, al no encontrar empleo (hay una ley que les prohíbe incluso pedir plata en los semáforos) tienen que recurrir a la violencia urbana. Ya tenemos cuatro millones de desplazados (la décima parte de la población colombiana) y según ACNUR, después de Sudán, somos el país con el mayor número de desplazados en el mundo: con la peor tragedia humanitaria del hemisferio occidental.



Porque en Colombia el desplazamiento no sólo es individual sino colectivo. De pueblos enteros. Y las regiones más afectadas son Antioquia, Caquetá, Chocó, Bolívar y Norte de Santander. El 20 por ciento de estos desplazados viven bajo amenaza constante de hambre. Por eso creo que decir que no hay desplazados en Colombia, sino grandes migraciones (además de un malabarismo semántico y de un abuso con el idioma), es borrar de tajo la historia política del siglo XX y desconocer los esfuerzos que hacen los organismos internacionales para solucionar este problema. Claro que hay otra clase de desplazados: la de los ricos que se refugian en Miami porque los secuestran si vuelven a sus fincas. Pero eso ya es tema para otra columna.

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