La vida en prisión es una constante guerra dentro de tu cabeza, donde son usados como armas los buenos y malos recuerdos, y la impotencia es el peor de los enemigos. Transcurridos 238 días desde que fue arrebatado de mi ser el don tan preciado de la libertad, me dirijo a ustedes compañeros, amigos, profesores, trabajadores, comunidad universitaria en general, con un afán intenso de saber como están, como se sienten? tristes? alegres? como va la U? pero desafortunadamente la situación en la que me encuentro, me impide enterarme de esos pequeños detalles que hacen que la Universidad sea un lugar tan especial, lleno de armonía y solo me doy por enterado por lo que cuentan mis amigos y en algunas ocasiones los medios de desinformación.
Un acontecimiento ocurrido el miércoles de la semana anterior, por todos conocido, llamó tanto mi atención, que decidí escribirles nuevamente para compartirles un poco lo que pienso. A pesar de que "el tropel" se ha utilizado por muchos años como un método de protesta contundente y ha logrado grandes cosas para la Universidad, considero, analizando el contexto en el que estamos (la situación del País) que no es un buen recurso, hemos evidenciado como los medios de "comunicación" han tergiversado la información para satanizar y estigmatizar la protesta, y aunque todos sabemos esto, hay compañeros que insisten en movilizarse de esta manera sin argumentar el porque, solo justificándose, usando la noticia del momento, el cumpleaños de un difunto o en el caso del miércoles, el dolor de muchos corazones que es provocado por mi retención arbitraria en este lugar. Así pues, les *exijo *a estos "compañeros" que mi nombre NO sea utilizado para justificar sus ganas de ser los "revolucionarios" del momento y mucho menos para cometer actos delictivos, como robar aprovechando las capuchas y si los registros históricos no mienten, es la
primera vez que esto se hace por estudiantes en nombre de la libertad, en nombre de mi libertad, por esto rechazo rotundamente estas manifestaciones de violencia y les pido a estos compañeros que no me utilicen de esta manera tan ruin para hacer sus cosas.
Compañeros no le demos la oportunidad al gobierno de que acabe con nuestra Universidad, ya que con estos hechos apretamos más la soga que el Estado garante de privilegios ha puesto alrededor de nuestro cuello. En estos momentos mi proceso esta llegando a su instancia final, al juicio, donde la pelea también es con la Policía, pero en el campo jurídico, y es aquí donde tenemos la oportunidad de demostrarle a la Sociedad Colombiana y al gobierno que los estudiantes no somos terroristas, que las organizaciones dentro de la Universidad no tienen la última palabra para tomar decisiones sobre esta y que lo único que queremos es construir, construir un País donde se respeten los Derechos Humanos, donde el Estado, si lo hay, cumpla con sus verdaderas funciones y esté a favor del Pueblo y no de las entidades privadas y de otros países, un País donde los intereses generales sean los intereses de todos y donde la sociedad crezca para su propio bien.
De nuevo la Universidad queda en nuestras manos, nuestras porque la cárcel solo retiene mi cuerpo; mi fortaleza y mi lucha esta con ustedes encaminadas hacia adelante, hacia el progreso mental, hacia la libertad de expresión, hacia la vida, hacia la U.
Desde el mundo de los anhelos, de la esperanza y la fortaleza, les escribe con el corazón en una mano y el lápiz en la otra, *Andrés Palomino Tovar*, estudiante de Ingeniería Agrícola en la Universidad del Valle.
Posdata 1: *Extraño ver la temporada de mangos*.
Posdata 2: *El Fiscal del caso era un corrupto, lo destituyeron.*
Posdata 3:* ¡Nos veremos pronto!
*Santiago de Cali, 26 noviembre de 2008
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