¡¡¡ATENCIÓN!!! Si su cabello mide más de 2 cm, tenga precaución la próxima vez que vaya a subir a un bus de servicio público en Bogotá – Colombia.
Lo digo por experiencia propia. Una noche, al intentar volver a casa, luego de aguardar pacientemente el bús (del último reducto, luego de la aparición del maravilloso transmilenio), se asomó a lo lejos la anhelada ruta – "Monte Blanco, K 30" que viene por allá de La Gaitana- y por una de las ventanas de la parte de adelante salió una horrorosa cabeza desprovista de cabello sobre una cara aún más horrible, apariencia agravada por una serie de gestos desfachatados y agresivos. De la asquerosa boca salieron las palabras "¡uy, pillen! se va a subir un peludo". La respuesta a dicha exclamación vino de la parte de atrás del bus, una serie de chifilidos, gritos e improperios.
Esta situación no cae nada bien, máxime si se es un solitario e indefenso peludo – con más de 50 cm de melena – en medio de la noche. Por que para estas personas, el ser peludo suficiente falta para ser fusilado; por que lamentablemente, en muchos casos, ser diferente es motivo suficiente para ser atacado. Me sentí como se deben sentir los inmigrantes latinos o africanos en ciudades como Madrid o Berlín, sólo que en esta ocasión, los agresores eran tan Iguazos como yo ¿Quién es capaz de subirse al bus (incluso a sabiendas de que pasa cada media hora)? ¿Qué queda por hacer luego de frases como: "súbase peludo y verá"?
Pues refugiarse, por que "retroceder es vivir – enfrentarse es morir", como dijo La Peste. Refugiarse donde sea, ¡en un asadero!, hablar disimuladamente con el mesero. Y esperar que los calvos no estén lo suficiente desparchados como para bajarse del bus, a cazar peludos. Afortunadamente así fue, y sólo tuve que esperar el próximo otra media hora para que pase el otro "Monte Blanco, K 30 (el que viene de La Gaitana)". No pasó a mayores.
Pero estuve cerca. Cerca de una golpiza con bates de acero, cadenas oxidadas, cuchillos de 30 cm, patadas con botas aceradas, cruces esvásticas, entre otros adminículos, propinada por un grupo de adolescentes llenos de odio, con cabezas rapadas que se creen descendientes directos del Führer. Tan sólo que no se dan cuenta que están en Colombia, la tierra de Bolívar, otrora poblada de indígenas (llamados precolombinos) cuya herencia aún conservamos, así como la de los españoles – conquistadores (que además tienen el legado de la invasión árabe), los esclavos negros del África… en fin, se les olvidó con son latinoamericanos, colombianos, que pertenecen igual que yo, a la raza más impura del mundo. Y aún, si fueran de casta aria, olvidan también los miles de inocentes víctimas del genocidio Nazi.
Olvidan todo esto, y deciden atacar peludos, supongo que también homosexuales, comunistas, gringos, negros, pobres (lo más difícil de todo, por que entonces tendrían que acabar con la mitad de sus compatriotas) o inmigrantes (eso sí esta difícil, por que nadie esta tan loco o tan jodido como para venir a Colombia a buscar refugio). Ojalá sean tan solo jovencitos desubicados, que necesitan alguna identidad en la vida y por eso decidieron ser skin – heads, al menos por ahora. Ojalá y esa loca idea se les pase pronto, antes de que dejen una estela de sangre en sus aventuras de jovencitos. Ojalá y recuerden quienes son, dónde viven, qué problemas tenemos (por que eso es lo que tenemos, problemas) y procuren ser parte de la solución, en vez de generar otro foco de violencia, en esta patria maldita que esta en guerra desde antes de existir, una guerra que no se ha detenido y no parece cesar por lo pronto.
Mientras eso pasa, esperemos que pase, tengan cuidado al subirse al bus, verifiquen que no este ocupado por un grupo de jovencitos skins, violentos y desorientados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario