Educación en Estados Unidos

Traducción del periódico alemán Junge Welt. Domingo, 11 de octubre de 2014
Autor: Rainer Rupp

Estafa en el estudio
Todo fiado: la financiación con becas made in USA carga a los futuros académicos con endeudamiento que lo hace impagable.

La producción de la economía estadounidense está determinada en un 70% por el consumo privado, que está financiado principalmente al debe. En los últimos meses el crecimiento del crédito se ha ralentizado, en el solo mes de septiembre este volumen se desplomó en alrededor de 200 millones de dólares. Adicionalmente, es de anotar que después de 7 años del comienzo de la crisis financiera, en las únicas áreas donde el crédito de consumo se ha expandido sin freno son la financiación de estudios y la compra de vehiculos. Allí es donde se ha acumulado el volumen de deuda de los consumidores que llega a casi 2.4 miles de millones de dólares, lo que corresponde a más o menos el 25% de la producción económica anual en Alemania.

La demanda por créditos para autos es supremamente alta, simplemente porque los grandes problemas financieros de las ensambladoras estadounidenses que vienen de tiempo atrás fueron “solucionados” inventándose una nueva forma de crédito subprime que significa que el comprador no está en la obligación de mostrar ninguna garantía de que en efecto va a poder pagar el vehiculo.
Pasando al tema de los créditos educativos, su explosivo aumento que actualmente asciende a más de 1.2 miles de millones de dólares, se debe a la galopante inflación de los costos educativos para instituciones públicas y en mayor medida para las privadas.

Otras razones por las cuales han aumentado los créditos educativos de manera exorbitante son el decrecimiento real de los ingresos de las familias de clase media y el hecho de que cada vez son menos los trabajos para estudiantes que se ofrecen y además estos son muy mal pagos.
Por todo lo anterior, los casi 40 millones de universitarios en los Estados Unidos se ven a gatas para hacer los pagos mensuales de sus créditos estudiantiles que en promedio son de 30.000 dólares por cabeza.
El porcentaje de créditos fallidos, es decir, aquellos a los que no se les amortizan ni sus intereses ni el capital pasó del 6% en 2002 a la cifra actual del 12%. Lo que representan 144 miles de millones de dólares.
La evolución muestra la creciente emergencia financiera de los recien graduados quienes llegan inclusive a la edad de 50 años sin haber terminado de pagar sus deudas educativas, pues para ejemplarizar la situación aún más, entre 1970 y 2013 las matrículas universitarias ajustadas por inflación han aumentado en un 275%.
El caso de la carrera de derecho es muy diciente: a principios de este año la revista Fortune informaba que las tasas para los estudiantes de derecho se han disparado dramaticamente. Sólo los hijos de los muy ricos logran obtener un título sin endeudarse de manera grave. Ya en 2012, según la revista de derecho ABA Journal, las deudas promedio de los recien graduados eran de 75.700 dólares en las universidades públicas y 125.000 dólares en las privadas. Para una relación, en el 2001 los valores eran de 46.500 y 70.000 dólares respectivamente.

El título de la universidad más cara se lo lleva California Western School of Law, cuyos absolventes tenían en promedio a 2011 una deuda para iniciar su vida laboral de 153.145 dólares.

El 70% de todos los que terminan un estudio universitario en los Estados Unidos a principios de este año habían tomado un crédito educativo. Es por esto, que el periódico Wall Street Journal a mediados de mayo de este año se preguntaba: ¿tiene valor terminar un estudio que está ligado al endeudamiento?

Mientras los costos de los estudios siguen su carrera explosiva hacia las nubes, el ingreso medio de los recien graduados cae. En el año 2013 recibieron 260.000 absolventes nada más que el salario mínimo, de acuerdo con un informe de CNN de ese año. Y bajo el título: “Deudas estudiantiles: deudas de por vida” informaba la cadena de noticias financieras Bloomberg en septiembre de 2012 sobre un estudio que refería que el 27% de aquellos que tomaban un crédito se encontraban otra vez en el “hotel mamá” después de finalizar sus estudios porque sencillamente no tienen dinero y tampoco pueden encontrar un trabajo adecuado, tendencia que va en crecimiento permanente.

Un título académico dejó de ser hace tiempo una garantía para una vida segura. Por el contrario, un recien graduado endeudado, sin cumplir siquiera los 30 años queda marcado en el sector bancario como alguien que da muy poca confianza crediticia, advertencia de un estudio publicado a principios de octubre de este año por parte del conglomerado bancario Morgan Stanley.