Y que es eso del JPDA Alemania?

Somos un grupo de jóvenes interesados en lo que pasa en Colombia. Vivimos lejos del hogar y la gente que nos vió crecer, pero queremos hacer parte de la transformación de esa sociedad injustamente segregada y discriminada como sub-desarrollada. Queremos contribuir en la lucha que estan librando todos los sectores sociales en Colombia en la reivindicación de los mas básicos derechos. Creemos que en Colombia se puede seguir otro camino, por eso los invitamos a leer nuestros aportes y a suscribir comentarios que nos enriquezcan cada vez mas para mejorar. saludos. JPDA Alemania

19/02/2007

POESÍA CONTRA LA CULTURA DE LA MUERTE

Entrevista con el Premio Nóbel Alternativo colombiano Fernando Rendón

Por Camilo Jiménez

El Festival Internacional de Poesía de Medellín (FIPM) es uno de los mayores y más reconocidos festivales de poesía del mundo. Cuando el poeta Fernando Rendón lo fundó en 1991, Medellín, la célebre metrópoli de la mafia colombiana, era una de las ciudades más peligrosas y violentas de la Tierra. La sangrienta guerra en la que se batieron los carteles de la droga y el Estado colombiano en los años anteriores al surgimiento del festival, dominó el destino del país durante las décadas de los 80 y 90. En medio del conflicto, la capital del departamento de Antioquia y cuna del festival obtuvo, con su media centena de muertos diarios, el título de Capital Mundial de la Violencia.

Fue en estos años de terror que cerca de 2000 miembros del partido izquierdista Unión Patriótica (UP) así como aproximadamente 2500 sindicalistas sucumbieron ante una horrenda matanza perpetrada por el narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, por los nacientes grupos paramilitares y por miembros del ejército nacional.

Ya a mediados de los años ochenta, el presidente colombiano Belisario Betancur había alcanzado considerables avances en el acercamiento a un acuerdo de paz con las organizaciones insurgentes del país tras la firma de un cese al fuego en 1984. Sin embargo, poco tiempo después Betancur tuvo que enfrentar recia oposición desde todos los flancos. Muy pronto, la tregua sería obstaculizada en gran medida por organizaciones paramilitares, por miembros de las fuerzas armadas de Colombia y por los mismos políticos, tras lo cual la situación del país continuó un camino acelerado hacia el terror armado de los años por venir.


FOTOGAFRÍAS REALIZADAS POR http://www.festivaldepoesiademedellin.org


La crisis política alcanzó su cima en 1985, cuando el Palacio de Justicia, sede de la Corte Suprema de Justicia y ubicado en el centro de Bogotá, fue ocupado por la agrupación guerrillera M-19. La sangrienta liberación del Palacio, llevada a cabo por las fuerzas militares, dejaría atrás un saldo de cientos de muertos, la carcasa calcinada del edificio en el centro de la ciudad y una crisis política interna de dimensiones inauditas, en medio de la cual la población colombiana se convertiría durante los siguientes cuatro años en víctima de la angustia y la violencia. Cuatro años serían estos en los que todo esfuerzo por la paz de Colombia fracasaría, pero serían también los años en los que los disidentes políticos en Colombia encontrarían un escenario de participación en la Unión Patriótica. No obstante, muy pronto cayeron las balas de la violencia sobre la oposición. La masacre de los miembros de la Unión Patriótica perpetrada en 1989 engendró un clima de desconfianza generalizada y mandó la paz por el desbarrancadero, profundizando el conflicto armado en Colombia a un grado hasta entonces desconocido.

Fue en este entonces cuando Fernando Rendón y Ángela García tuvieron la idea de organizar un festival de poesía que tuviera lugar en Medellín y que usara a la poesía “como un arma contra el terror.” Los trece miembros de la entonces medianamente conocida revista literaria Prometeo, cuyos editores eran Rendón y García, reunieron sus fuerzas y llevaron a cabo la primera edición del festival en 1991. Hasta hoy el FIPM permanece como un acto de protesta contra la violencia política en Colombia, y el uso de la poesía como arma sigue siendo su idea fundamental.

Anualmente, más de 80 poetas de 55 países hacen parte del festival, cuya decimoséptima edición tendrá lugar en julio de 2007 con la participación de grandes nombres de la poesía contemporánea como Hans Magnus Enzensberger, Breyten Breytenbach y Elke Erbe. El FIPM es el festival de poesía más grande del mundo y un evento extraordinario: en las calles de Medellín y de 34 ciudades más, poetas de todo el globo recitan sus obras en más de 60 idiomas y dialectos. Durante los diez días que dura, el festival cuenta con aproximadamente 200 mil visitantes.


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El Premio Nóbel Alternativo

“El FIPM ha demostrado que la creatividad, la belleza, la libertad de pensamiento y la sociedad pueden florecer en medio de una situación de profunda angustia y de violencia y que pueden superarla”, escribieron los directivos suecos de la Fundación Right Lifelihood Award que otorgaron a Fernando Rendón y a los organizadores del FIPM el Premio Nóbel Alternativo el pasado 8 de diciembre. Surgido en 1980, el Premio Nóbel Alternativo (conocido también como Premio Right Lifelihood Award) es recibido anualmente por tres o cuatro personas. El premio fue engendrado en Suecia por un grupo de intelectuales y políticos, después de que la junta directiva de la Fundación Nóbel rechazara la propuesta del ex diputado del Parlamento Europeo Jakob Uexküll de otorgar un Nóbel de Ecología y Desarrollo. Es por esto que el Premio Nóbel Alternativo está destinado al homenaje de personas u organizaciones que “encuentren y logren aplicar soluciones a los problemas más apremiantes de nuestro tiempo.” A consecuencia de esto, el premio no está rigurosamente organizado en categorías. Todo lo contrario: desde hace 20 años reciben el Premio Nóbel Alternativo ecologistas, activistas de la paz y defensores de los derechos humanos así cómo hombres prominentes en los campos del desarrollo, la cultura, la protección del consumidor, la educación, la salud y la protección de la energía y los recursos naturales.



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A finales de noviembre de 2006, Fernando Rendón, hoy director del FIPM, se encontraba en Berlín. Estaba camino a Estocolmo, donde el 8 de diciembre recibiría el Premio Nóbel Alternativo de manos del presidente del Parlamento sueco. En una entrevista en el viejo restaurante del tradicional Hotel Altberlin, olvidado por los medios colombianos e ignorado por los órganos diplomáticos de Colombia en Alemania a pesar del inmenso interés que despertó la entrega del Nóbel Alternativo al FIPM en todos los sectores públicos y privados en Europa, Rendón habló sobre las actuales dificultades para organizar el festival y sobre la cultura de la muerte en Colombia.


Entrevista con Fernando Rendón

¿Después de 14 años de una inexorable lucha por la supervivencia del Festival Internacional de Poesía de Medellín (FIPM), cómo ha recibido el Premio Nóbel Alternativo y los honores que diferentes países de Europa le han hecho al festival durante los últimos meses?

Este premio es un reconocimiento a un festival único en el mundo, que ha afrontado una situación de terror y de violencia, y que ha contribuido a que esta situación haya sido parcialmente superada. Digo parcialmente porque los grupos paramilitares siguen dominando muchas zonas de la ciudad. La resolución de otorgamiento del Premio Nóbel Alternativo dice textualmente: “se otorga este premio como honor al coraje y a la esperanza en momentos de desesperación.” Así lo veo yo también y me alegra de sobremanera que nuestro esfuerzos de años hayan recibido este recompensa. Este es un premio que les dedicamos a los jóvenes de Colombia, que son los luchadores por la paz.

¿Qué se hará con los 200 000 euros que recibió el festival por el Premio Nóbel Alternativo?

Estamos en una situación deficitaria desde hace muchos años. Hace poco tiempo, el Estado colombiano nos reclamó por medios coercitivos una suma de 105 millones de pesos en impuestos. Así que tenemos destinada una buena parte de este dinero a fortalecer patrimonialmente el festival, ya que es la única posibilidad de que los bancos nos otorguen créditos para mantener la resistencia de nuestra propuesta poética en tiempos más difíciles.



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El FIPM es el festival de poesía más grande del mundo. ¿Cómo concibió la idea de fundarlo y cómo alcanzó el festival tal reconocimiento?

Yo siempre he considerado que la poesía es un bien extraordinario y que merece estar alcance de todos. En tiempos en que la propiedad privada cumple un papel tan excluyente de la vida colectiva, la mayoría de lo seres humanos están desposeídos. Yo no quería que este también fuera el caso de la poesía. La poesía es un patrimonio de la humanidad, representa la lucha de la humanidad por un mundo superior y la comprensión de este mundo. En 1991, después del genocidio de la Unión Patriótica, en tiempos en que las calamidades de la guerra entre el Cartel de Medellín y el Estado colombiano sacudían a Colombia entera y en una época en que la ciudadanía de Medellín tuvo que vivir los horrores de esta guerra en carne viva, optamos por oponerle la poesía al terror y construir un proyecto con que el que paulatinamente pudiéramos llevar la poesía a todos los sectores de la sociedad.

Desde su surgimiento, el festival ha tenido que superar grandes obstáculos para salir adelante. ¿Piensa que esta situación cambiará después de que el pasado septiembre fuera anunciado el festival como ganador del Premio Nóbel Alternativo?

A través del funcionario de la Presidencia de la República de Colombia Hollman Lozano (vaya coincidencia) los paramilitares nos dejaron saber que iban a llenarnos el cuerpo de plomo si el FIPM continuaba realizando la convocatoria y preparando la Primera Cumbre Mundial de Poesía por la Paz. Tras comunicarme esto, el señor Lozano me informó que asimismo la Presidencia de la República no veía con buenos ojos la realización de la Cumbre, pues el FIPM ya era lo suficientemente político –lo cual es falso: los organizadores del festival nunca hemos tenido la voluntad de fastidiar al Estado colombiano, sino el propósito de construir puentes entre el Estado y diferentes sectores interesados en crear un espacio más propicio para el diálogo político en Colombia.

Si no me equivoco, también ha habido obstáculos a nivel financiero...

Al terminar su mandato, prácticamente todos los alcaldes de Medellín –me refiero a Luis Alfredo Ramos, a Juan Gómez Martínez, a Omar Florez y a Luis Pérez– nos eliminaron los fondos. El único que los ha mantenido es Sergio Fajardo, quien no sólo ha defendido el presupuesto del festival, sino que lo ha incrementado, lo cual ha sido muy positivo para nosotros, pues estando a las puertas de convertirnos en uno de los festivales de poesía más importantes del mundo, Colombia merece ver fortalecido este laboratorio de la paz y la poesía mundial.

En un principio los medios de comunicación en Colombia estuvieron muy entusiasmados con el surgimiento del festival. ¿Cómo ha cambiado esta situación?

Hubo un gran interés entre 1991 y 1992, pero a medida que los medios fueron comprendiendo que el festival no era manipulable, poco a poco comenzaron a abandonar el cubrimiento hasta que dejaron de convocar al festival. Hoy en día somos nosotros mismos quienes nos encargamos de prácticamente todo el trabajo de difusión. Los medios, mientras tanto, se limitan a cubrir mediocremente lo que sucede en el marco del festival una vez ha comenzado. Es más, una vez el periódico El Mundo exigió en una editorial que se nos quitaran los fondos. Me parece que esto, además de obedecer a una intención política de los medios, es una consecuencia de la ignorancia de muchos de los periodistas culturales sobre la naturaleza de la poesía.

¿Y cuál es el concepto de la naturaleza de la poesía que tienen los organizadores del festival?

Nos parece que la poesía será cada día más necesaria para la vida de los pueblos, como forma de conocimiento, de interpretación y de transformación de la realidad.

En un texto publicado por usted, aparecen las siguientes palabras: “El premio es un reconocimiento al papel histórico de la poesía y del espíritu en oposición a la cultura de la muerte que tiene su origen en las autoritarias fuerzas del poder nacional y transnacional.” ¿Qué es esta “cultura de la muerte” para usted?

La cultura de la muerte es la cultura de la guerra que promueve abiertamente el Estado colombiano. Es la cultura que se expresa cuando el paramilitarismo declara que 60% del Senado está en sus manos y no es desmentido por nadie. Es la cultura que se refleja en el hecho que cada vez una mayor cantidad de congresistas está siendo vinculada con procesos penales o que el senador Álvaro Araujo Noguera declara que si lo involucran, él lamentablemente va a ver también involucrada a su hermana, que no es nada menos que la Ministra de Relaciones Exteriores, a su ex cuñado, que no es nada menos que el Procurador General de la Nación, a otro familiar suyo que es un magistrado de la Corte Constitucional y al propio Presidente de la República. En Colombia predomina una cultura de la muerte que apologiza la violencia, el terror y la guerra y que ha producido en Colombia la mayor taza de sindicalizados asesinados en el mundo, el mayor número de periodistas asesinados en el Hemisferio Occidental en los últimos treinta años y los desplazamientos más masivos en América Latina. Estos últimos incluyen hoy en día a cerca de 4 millones de personas a quienes les han sido arrebatadas más de 5 millones de hectáreas.

¿Cómo entiende la relación actual entre el gobierno colombiano y la cultura?

Hace pocos años, se constituyó el Ministerio de Cultura de Colombia con una gran nómina burocrática y un presupuesto tan escaso que no alcanza a ser sino una proporción mínima de lo que, por ejemplo, es el presupuesto del municipio de Medellín para cultura, el cual ya alcanza los 36 mil millones de pesos. Dudo que el Ministerio de Cultura llegue a los 15 mil millones de pesos. De un modo elitista, el Ministerio protege al Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá con más de dos mil millones de pesos. Mientras tanto el FIPM, que ha llegado a 35 ciudades colombianas, recibió el último año sólo 60 millones de pesos de los cuales la mitad nos fue entregada hace escasamente dos meses. Pienso que si el gobierno abandonara su interés de ponerle nuevos impuestos a la cultura y asignara a ésta una porción del presupuesto de la guerra, se estaría contribuyendo considerablemente al fortalecimiento del sector cultural y así a acercar el país al fin de la barbarie.

Pero bajo esas condiciones hoy nadie estaría dispuesto a sacar la cara por la cultura en Colombia...



FOTOGAFRÍAS REALIZADAS POR http://www.festivaldepoesiademedellin.org


En este momento el sector cultural no está al lado del Estado, sino al de la oposición. La mayoría de los intelectuales y poetas colombianos apoyaron la candidatura de Carlos Gaviria. Nos vamos a mantener en esto, vamos a darle nuestro apoyo al Polo Democrático Alternativo en las elecciones intermedias para las gobernaciones y alcaldías, y esperamos un triunfo en las elecciones presidenciales del 2010, con Carlos Gaviria Díaz a la cabeza de este proceso que va a renovar la vida de los colombianos en todas las dimensiones.

En Alemania, a pesar de la poca prensa que usted ha recibido en Colombia, tanto los medios de comunicación como también el gobierno alemán estuvieron muy activos durante su visita a Berlín. Aparte de reunirse con los políticos más importantes del país, en honor suyo el Parlamento alemán organizó concierto en la Filarmónica de la ciudad, tras el cual usted recitó poemas suyos sobre el escenario ante dirigentes, periodistas, intelectuales y diplomáticos. ¿Qué se lleva de su visita a Berlín?

Me voy con la seguridad de que el festival se va a mantener e incluso fortalecer. En una charla con el Vicepresidente del Parlamento alemán, Wolfgang Thierse, me encontré con un gran interés por parte de varios políticos alemanes en enviar una comisión de parlamentarios al país el próximo año y en darle un espaldarazo al festival. En otra reunión que tuve con más de cuarenta representantes de agencias de cooperación y de ministerios de cultura de África, Asia, Europa y América Latina, me fue dicho que en vista de la difícil situación del país en la actualidad, apoyar al festival se sigue haciendo cada vez más decisivo. De Alemania me llevo asimismo la certeza de que aun cuando el Estado colombiano le niegue los fondos al festival, hay grandes naciones en Europa que están firmemente convencidas de que el FIPM tiene un papel inmenso en la lucha por la paz en Colombia.

Señor Rendón, muchas gracias por esta charla.


* Esta entrevista apareció publicada por primera vez en la revista europea AVINUS-Magazin (www.avinus-magazin.eu).
** Esta entrevista fue traducida al alemán por Britta Astrid Verlinden (ver versión en alemán).
*** Camilo Jiménez, nacido en 1981, es un periodista colombiano. Vive en Berlín desde 2000 y actualmente termina una especialización en Filosofía e Historia en la Universidad Humboldt de Berlín. Es corresponsal en Alemania de el diario colombiano El País y Jefe de Redacción de la revista AVINUS-Magazin. En los últimos tres, sus trabajos periodísticos y traducciones han aparecido publicadas en numerosos medios de habla hispana y habla alemana.

1 comentario:

No fue Lejos! dijo...

proa a las iniciativas, amigo mío!!

te invito a pasar por

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