La bien llamada Ley Lleras 2.0 o Ley Lleras recargada es de suma importancia pues tiene como objetivo hacer un control desmesurado de la red utilizando como excusa la protección de derechos de autor y contenidos.
Es por todos conocido este tema, más en Europa que en otras partes del mundo, pues las restricciones a peliculas, videos musicales de moda y otros se conocen de tiempo atras, gracias a convenios hechos por algunos gobiernos de la Unión Europea y casas comerciales dueñas de los derechos de miles de trabajos de muchos autores reconocidos.
Pero desde hace un tiempo, específicamente desde que se hizo visible el poder de las redes sociales, y en últimas del Internet, para organizar protestas y denuncias como lo vivido en la primavera árabe o en el caso colombiano del páramo Santurban y la minería, se han multiplicado las restricciones de videos de difusión alternativa y de denuncia que pueden ser facilmente bloqueados por tener contenidos "protegidos por derechos de autor".
Pero la ley Lleras no es lo único que los arrodillados de la Unidad Nancional de Santos quieren regalarle a Obama para entrar de conformidad al TLC con Estados Unidos (y por ende a todos los demas TLCs).
Tambien existen la ley que reglamenta las franjas de televisión, desastre para la producción nacional de telenovelas y de otras producciones nacionales como Contravia, y detrás de ellas los empleos que producen.
Pero lo que es la joya de la corona de los TLCs es la protección de patentes y propiedad intelectual de especies vegetales a través de la ratificación del convenio llamado internacionalmente (Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales) - UPOV, versión 1991.
Esta nueva ratificación del convenio versión 1991 fue presentada por el ponente del partido Cambio Radical Carlos Fernando Motoa (link de la ponencia), alguna vez vinculado junto a su padre por Parapolitica en el departamento del Valle por sus nexos con Juan Carlos Martinez (Link de la noticia en revista Semana).
La ratificación del UPOV ahonda más la politica de concentración de la tierra en Colombia, promueve los agronegocios del monocultivo por encima de la via campesina y en últimas estimula el éxodo masivo de las gentes del campo hacia las ciudades. Además del afán por radicarla sin la menor discusión y escuchando a los expertos, la ratifación de la UPOV viene preparándose junto a leyes como: Decisión 345 Régimen Común de Protección a los Derechos de los Obtentores de Variedades Vegetales; Decreto N° 533 de 1994 (Marzo 8) por el cual se reglamenta el régimen común de Protección de los Derechos de los Obtentores de Variedades Vegetales (1994) y la Ley Nº 1032 del 22 de junio del 2006 por la cuál se modifican los artículos 257, 271, 272 y 306 del Código Penal. Todas estas leyes están hechas para criminalizar el uso de semillas y de esta manera proteger la "propiedad intelectual" que en más de un 70% se encuentra en manos de casas comerciales de monopolios transnacionales como Bayer, BASF, Monsanto, Syngenta y Dupont, entre otras pocas.
Ante esto cabe preguntarse, ¿quién o cómo se van a defender los intereses nacionales frente a los de estas multinacionales? Conociendo la grave situación de la investigación cientifica y el desarrollo tecnológico en Colombia ¿A quiénes realente benefician estas leyes y convenios? ¿Podrán obtener los campesinos e indigenas colombianos certificados de origen por especies por ellos domesticadas durante varios años o incluso siglos?
¿Cuáles son las herramientas con las que cuenta el estado para hacer justicia frente a casos de Biopirateria y robo de patentes nacionales?
Ante estas preguntas y seguramente otras que puedan surgir, el panorama para los campesinos, la soberanía alimentaria y biodiversidad colombianas es desolador.
La capacidad de los colombianos para patentar, incluídos científicos, institutos y universidades, se vió fuertemente golpeada con el Decreto 309 del 2000 y la resolución 0260, sacados casi a escondidas por el Ministerio de Medio Ambiente que ponen más trabas burocráticas, administrativas y económicas para la investigación genética y en biodiversidad.
En la vía para una resistencia siempre es importante empezar por informarse e informar. Estos hechos son conocidos por muy pocos en el mundo y pasan de agache, así como la UPOV con sede en Ginebra, que como es el caso de todos los demas organismos multilaterales, funciona sin control democrático alguno.
Colombia, pais megadiverso, con una riqueza hídrica inigualable requiere de todos sus ciudadanos para defenderla y ahora que la Ley Lleras 2.0 quiere controlar la Internet, la difusión y la resistencia tienen que andar a pasos acelerados.
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